miércoles, 23 de enero de 2013

Lo que la mierda aflora

He de confesar que siempre que me pongo una película donde Michelle Pfeiffer interprete un papel protagonista suelo tener un par de limones al lado para poder chuparlos y así poder poner los mismos morritos que pone ella en la pantalla. Una cinta más al uso, de susto efectista, directa, sin paliativos, con un Harrison Ford horrible y una Pfeiffer que echa para atrás a cualquiera. No sé en qué estaba pensando Zemeckis para escoger a esta pareja de protagonistas para llevar este proyecto a buen cauce. Los dos van revoloteando durante el metraje, van jugando al ratón y al gato, una va investigando mientras el otro se va haciendo el tonto. Zemeckis no estructura bien su hilo narrativo para proporcionar un desenlace cutre. Podríamos irnos a otras cintas donde solamente la buena sintonía de dos buenos actores, pueden hacer que el resultado fuera mucho, pero mucho mejor. Pongamos a Kathy Bates y James Caan en Misery: dos actores que casan muy bien y que la mano directiva de Rob Reiner le sobra para crear un entramado la mar de interesante. Zemeckis quiso hacer lo mismo en torno a su pareja, pero le salió "rana".

Aceptable la ambientación y alguna que otra escena, que le salva, a mi parecer, del absoluto fracaso. Pasable.

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