Directamente el remake no ha superado a la cinta original en este caso tampoco (y viendo cómo están quedando todos los remakes, nada sorprende ya). Uno de esos matices es que los que recogen al asesino (interpretado por un genial Sean Bean, lo mejor del filme sin ningún lugar a dudas y eso que no acojona como el actor que lo interpretó hace más de dos décadas) son dos personas, pareja, dos estudiantes que se dirigen a casa de las amigas de la chica. Uno de esos pilares por los cuales no llega al nivel de la peli de Robert Harmon es que esta vez hay una pareja que escapa del asesino, el miedo a la soledad, de estar y encontrarte/enfrentarte solo con el psicópata desaparece por completo, además otorgando más importancia a lo que se está viendo últimamente en las pelis de terror, haciendo que se pierda una de las raíces más profundas de este noble género (el miedo a encontrarte solo con el peligro). El filme es entretenido, pero vacío. Tenemos la sensación de que el killer es invencible, un rambo en toda potencia, dando una sensación de que nadie puede con él, ni la policía, ni nada que exista en este mundo. Película bastante previsible, con la actuación más que correcta de Sean Bean, pero al menos entretiene. Película que se hace larga por las carencias y las lagunas argumentales y la incoherencia en algunas escenas.
martes, 2 de octubre de 2012
Una road movie sin gancho
Directamente el remake no ha superado a la cinta original en este caso tampoco (y viendo cómo están quedando todos los remakes, nada sorprende ya). Uno de esos matices es que los que recogen al asesino (interpretado por un genial Sean Bean, lo mejor del filme sin ningún lugar a dudas y eso que no acojona como el actor que lo interpretó hace más de dos décadas) son dos personas, pareja, dos estudiantes que se dirigen a casa de las amigas de la chica. Uno de esos pilares por los cuales no llega al nivel de la peli de Robert Harmon es que esta vez hay una pareja que escapa del asesino, el miedo a la soledad, de estar y encontrarte/enfrentarte solo con el psicópata desaparece por completo, además otorgando más importancia a lo que se está viendo últimamente en las pelis de terror, haciendo que se pierda una de las raíces más profundas de este noble género (el miedo a encontrarte solo con el peligro). El filme es entretenido, pero vacío. Tenemos la sensación de que el killer es invencible, un rambo en toda potencia, dando una sensación de que nadie puede con él, ni la policía, ni nada que exista en este mundo. Película bastante previsible, con la actuación más que correcta de Sean Bean, pero al menos entretiene. Película que se hace larga por las carencias y las lagunas argumentales y la incoherencia en algunas escenas.
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