lunes, 1 de octubre de 2012

El sacrificio como símbolo de amistad



Poquito podré aportar a lo expuesto ya por numerosas personas sobre la obra de Clint Eastwood y más específicamente en referencia a Gran Torino. Aquí Eastwood ha realizado un crisol donde se tocan temas de mucha actualidad, sobre todo arraigado a componentes sociales y enfatizando sobre la figura de un veterano de guerra, ya jubilado y expuesto a que otros tomen decisiones por él, en este caso su familia. Lo más importante de esta obra recae en la labor interpretativa del personaje que interpreta nuestro amado Clint dejando entrever esas dos caras tan distintas, esos dos polos tan diametralmente opuestos que el personaje tiene por causas de la vida, por situaciones que se ha vivido en un momento pasado y que actualmente tiene o debe actuar de distinta manera. Y queda reflejado en ese pilar tan importante en nuestros días: la amistad; esa amistad que tiene el anciano con el niño coreano, su relación con la familia coreana vecina y el bastión tan tocho que es el choque de ideales y de tradiciones costumbristas: enfrentarte y cambiar tus postura totalmente, el tener que posicionarte en el bando distinto al cual tenías idealizado en tu cabeza (sobre todo debido a la Guerra de Corea) y que lo habías llevado a rajatabla en tu vida utilizando una tendencia que es cuanto menos, discutible.

Eastwood nos muestra como un hombre, con unos ideales muy marcados y retrógrados, decide dar un giro de 180º, tira por borda esos ideales y cambia. No solamente cambia en sus posturas ideológicas, sino que ese cambio, adquiere connotaciones majestuosas si sabemos que él actuó de manera drástica en el pasado contra gente de una determinada raza, gente que en la obra tiene que ayudar, debe de ayudar. Una película donde el valor de la amistad y el sacrificio denotan un mensaje poderoso ante los espectadores, llevada a maestría gracias a la actuación de un imponente y veterano Eastwood. Uno de lo que más me gustó de la obra de este hombre atemporal es la música: excepcionales Kyle Eastwood y Michael Stevens y qué decir de la canción de Jamie Cullum:


No hay comentarios:

Publicar un comentario